Las zonas francas son un dinamizador del desarrollo económico contemporáneo. Los centros logísticos, presentes en todo el recorrido de un producto hasta su destino final, no están exentos a este fenómeno. Las zonas francas pueden constituir centros de almacenamiento y distribución ubicados en las cercanías de nodos de transporte, y disminuir de esta forma costos logística y transacciones.

Conversamos con Mauricio Papa, General Manager en Costa Oriental, el mayor centro logístico de distribución regional en zonas francas del Uruguay, sobre cómo las zonas francas atraen inversiones, diversifican las exportaciones, y fomentan la innovación a partir de la transferencia de conocimientos.

 

¿Cómo opera Costa Oriental en Zonamerica?

Costa ofrece un servicio logístico para empresas que quieren abastecer la región a través de la zona franca. Las empresas tercerizan en nosotros sus actividades logísticas. Esto nos obliga a desarrollar respuestas rápidas y flexibles frente a empresas que tienen que abastecer demandas inestables, con picos y valles muy pronunciados. El desafío es poder dar soluciones en contextos complejos, con cambios muy rápidos en las líneas de producto y en las formas de hacer negocios. Costa Oriental tiene la capacidad para afrontar estas situaciones, con costos muy competitivos.

 

¿Cuáles son los principales desafíos logísticos para el comercio transfronterizo?

Existen muchas trabas en el comercio transfronterizo. Y de manera constante surgen siempre nuevas restricciones al comercio. Para ejemplo basta solo con pensar los años de la pandemia. Se cerraron países enteros, no se podía transportar, y se implementaron rigurosos controles sanitarios. Luego de toda esta situación, los fletes internacionales subieron unos porcentajes increíbles, impensados, que se pensaba que nunca iban a volver a bajar. Por ejemplo, en Argentina existen nuevas restricciones para importar. Entonces todas estas complicaciones se trabajan mejor en una zona franca cerca del mercado y a través de un prestador logístico que te da más flexibilidad.

 

¿Por qué la flexibilidad es un diferencial?

Los clientes no tienen que tener una operación propia con su propio personal, con su propio espacio. Por ejemplo, algunos productos tienen que contar con una licencia de importación y no se sabe en cuánto tiempo se van a obtener. Un producto producido en Asia no puede esperar, para ser embarcado, la autorización de un gobierno particular. Entonces, se arrima el producto al Uruguay y cuando tienen la autorización el producto es enviado a destino. Mientras tanto el inventario grande se encuentra en la zona franca de manera flexible.

En Uruguay, la zona franca es muy ágil, se puede redireccionar producto para otro país que no era el inicialmente planificado. En Costa Oriental ayudamos en el proceso gracias al régimen franco del Uruguay y la estabilidad socioeconómica del país. También por el valor que agregamos como prestador logístico al absorber las fluctuaciones en la demanda. Por ejemplo, damos la posibilidad de adaptar el producto a la forma que precisa para cada comercializarse en país. En electrónica el cable que se usa en cada país es diferente. La mayoría de los productos tiene que cambiar la ficha, el voltaje, el packaging. Estás tareas se hacen en Costa Oriental todos los días para que el inventario se ajuste a las especificaciones técnicas de cada país de destino.

 

¿Qué políticas posicionan a Uruguay como un hub logístico?

Muchos años atrás ser un país chico era sinónimo de no tener escala, no tener mercado, no tener la posibilidad de desarrollar industria local. Esta situación se sufrió como país durante mucho tiempo. A lo largo de los últimos años, distintos gobiernos tuvieron la virtud de desarrollar al país como un hub logístico. Estamos muy cerca de los dos países más grandes de América del Sur, geográficamente en una posición privilegiada. Con acceso a Paraguay que no tiene salida al mar directa. Si me preguntás qué hizo bien Uruguay, lo primero es la estabilidad. Las reglas no cambian. No cambian con los distintos gobiernos. No existe el riesgo de que una empresa se instale y después cambien las reglas del juego. En el caso de las zonas francas, hay una ley que garantiza los derechos que tienen las empresas por trabajar acá.

Al mismo tiempo, se agilizaron y modernizaron las distintas etapas en la cadena logística: el aeropuerto, el puerto, las carreteras. Se está ampliando el terminal de contenedores, algo vital para el comercio. Uruguay cuenta con una aduana confiable, imprescindible para poder tener un centro de distribución. En este camino, no importa quién gane la elección. Esas son las ventajas que tiene Uruguay, tuvo la visión de asumir que la escala de nuestros vecinos nunca la vamos a tener, pero sí podemos complementarnos.

 

¿Cuáles serían los próximos pasos a seguir para mejorar la integración comercial y logística?

El Mercosur es un tratado con barreras entre los países, con trabas, con tarifas de aduanas. La diferencia con Europa es abismal. Logísticamente la teoría es la misma. En Europa se abastece gracias a  centros de distribución ubicados en países chicos como Bélgica o Países Bajos. Este modelo es posible. Hay que soñar con una mayor integración regional.

 

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