Como parte del Mes de la Construcción Sostenible, celebramos la obtención de dos certificaciones ambientales en su parque de negocios. Por un lado, Logos, un edificio logístico de última generación, obtuvo la certificación Edge, que reconoce la eficiencia en el uso de los recursos. En tanto, el edificio Life Zonamerica, que alberga un club deportivo, obtuvo la certificación MAS, que garantiza sus buenas prácticas en su proceso de diseño y obra.En este último, tuvo lugar un encuentro que contó con la participación de cinco referentes del sector para intercambiar sobre la sostenibilidad, el financiamiento de los espacios de trabajo, el rol de la academia y la importancia de las certificaciones para generar confianza y un impacto positivo.Carolina Dovat, directora de Dovat Arquitectos -estudio que lideró la arquitectura de Life Zonamerica-, recalcó la importancia de mitigar el impacto de las construcciones “con las mejores herramientas posibles”. “Las certificaciones nos dan esa hoja de ruta necesaria para ir cumpliendo con determinados hitos y medir cuánto y cómo estamos afectando al entorno y a las personas”, valoró.Sebastián Mauri, Senior Relationship Manager – Large Corporates y Sustainable Finance Leader en el banco HSBC, opinó que “la banca tiene la oportunidad y la responsabilidad de movilizar los recursos financieros hacia los proyectos correctos” y, para esto, es “muy importante” integrar los factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés) en su toma de decisiones.En esa misma línea, Gustavo Ávila, Senior Director de Sustainable Finance y Corporate Finance en la calificadora de riesgo FIX SCR, apuntó que “la incorporación de los criterios ESG ya no es un elemento adicional, sino que es uno central para todos los gestores de portafolio”. Además, reconoció la importancia de que “los que realizan las mejores prácticas puedan mostrarse y sirvan de faro a los competidores, para tratar de hacer un esfuerzo más para estar a la altura”.También integró el panel Jorge Arismendi, CEO de la certificadora LSQA, quien resaltó que “el objetivo es desafiar los usos y costumbres locales para un mejor desarrollo” y que la clave para hacerlo está en el trabajo colaborativo. “Primero, se debe hacer una adecuación a la realidad local, y segundo viene el desafío, para que los usos y costumbres se vayan transformando y que las prácticas sean efectivamente las que necesitamos para mejorar”, indicó.Por su parte, Belén González, directora del Centro Global de la Universidad Tecnológica (UTEC), aportó su mirada sobre cómo se puede fomentar la apuesta por la sostenibilidad desde el ámbito educativo. “Uruguay puede ser un laboratorio para generar innovaciones en materia de sostenibilidad. Es importante concebir a la academia como un espacio para probar cosas nuevas e innovar a nivel país a un bajo riesgo”, expresó.De esta manera, refirmamos nuestro rol como Zona Franca líder del Uruguay, donde sostenibilidad e innovación convergen para impulsar nuevas formas de crecer y hacer negocios.Estas certificaciones no solo avalan la calidad de su infraestructura, sino que consolidan una visión a largo plazo: la de un parque que integra empresas, talento y servicios bajo los más altos estándares internacionales, contribuyendo al posicionamiento de Uruguay como un hub estratégico en desarrollo sostenible